Cómo funcionan los generadores de hidrógeno para vehículos
La concepción errónea más grande que se tiene sobre el hidrógeno es que estamos creando combustible a partir del agua. Esto es completamente incorrecto, y en caso de que fuera cierto, violaría varías leyes de la física.
NO es posible generar hidrógeno a una tasa lo suficientemente rápida como para que sea usado como el combustible principal.
Los vehículos impulsados por hidrógeno sí existen y están diseñados para usarlo como combustible principal. El hidrógeno se crea con antelación. Tal y como cualquier vehículo ordinario, requiere un tanque para gasolina y el hidrógeno es almacenado dentro de cilindros a bordo del vehículo.
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El hidrógeno ayuda al proceso de combustión del combustible existente. Aunque usted disfrutará ahorros sustanciales de combustible, aún tendrá que usar el combustible principal.
Los generadores de HHO usan la electricidad de la batería del vehículo para separar el agua (H2O) en sus elementos básicos, oxígeno e hidrógeno. El gas generado es inmediatamente inyectado al motor, donde se mezcla con el combustible existente.
En un motor estándar, el ciclo de combustión es muy rápido: 0.007 segundos. La mayoría de las moléculas de combustible son demasiado grandes para quemarse completamente en este tiempo extremadamente limitado.
La situación se torna peor por el hecho de que la bujía solo enciende un pequeño porcentaje del combustible. El fuego generado debe pasar sucesivamente de una molécula de combustible a la siguiente a medida que se propaga a través de la cámara de combustión del motor. Esto hace que se desperdicie un tiempo valioso.
El hidrógeno se quema y viaja a través de la cámara de combustión 10 veces más rápido que una llama de gasolina. El hidrógeno llena el espacio entre las moléculas y produce el efecto de que estuvieran juntas. La llama viaja más rápido y el combustible es expuesto a la llama más pronto y por un mayor periodo de tiempo. Esto tiene como resultado una combustión más limpia y completa.
Puede imaginar que el hidrógeno es una bujía gigante en su motor; encendiendo todo el combustible en lugar de dejar gran parte del mismo sin hacer combustión.
La ciencia tras este proceso de combustión ha demostrado y documentado los resultados. Desde hace más de 30 años se sabe que añadir hidrógeno al combustible fósil, quemado en motores internos de combustión, mejora la eficiencia del motor. Numerosos artículos y análisis de la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE) lo confirman.